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TUPU, TUPO O PRENDEDOR
El tupu, tupo o prendedor es un objeto que ha sido, y sigue siendo, parte de la vestimenta femenina en los Andes desde hace más de 1700 años. No fue usado solamente en vida, ya que hay evidencias arqueológicas de su uso en las capacochas o como ofrenda a las huacas, entre otros.
Introducción
El uso de los objetos netamente nativos, como los tupus, por parte de la población indígena es una tradición que se remonta a tiempos precolombinos. Estos objetos no solo fueron usados en vida, como se observa en diferentes escenas representadas en distintos soportes, como objetos cerámicos, murales, textiles, etc. durante tiempos prehispánicos. También formaron parte de las ofrendas que se ofrecían a los difuntos, huacas, dioses, etc. Es decir, no solo fueron enterrados como parte de la parafernalia suntuaria y «utilitaria» elaborada en metal, sino también fueron ofrecidos a sus dioses o huacas y en cualquier evento importante, como el cierre de los edificios monumentales en uso. Esta parafernalia metálica fue elaborada por un grupo selecto de orfebres que seguían las indicaciones de los sacerdotes para plasmar las formas e iconografía en los objetos de metal.
En el siglo XVI los plateros indígenas no solo se encontraban agrupados en sus comunidades, sino también en los galpones que construyó el virrey Toledo en varias urbes a partir de 1572. Esto permitió que, durante las primeras décadas posteriores a la Conquista, continúen ejerciendo su oficio con instrumentos y tecnologías nativos. En esta época, la plata fue el metal más empleado para la elaboración de objetos suntuarios y utilitarios, aunque esto no fue siempre así en el caso de la población indígena. Una de las autoras (Vetter) ha realizado un estudio sobre tupus coloniales de la sierra central que se presenta en este mismo número y ha podido determinar que si bien se manufacturaron tupus en plata, también los hay en bronce estañífero —aleación muy utilizada en la época inca—, latón —aleación incorporada por los europeos— y otros bronces que no se encuentran en la bibliografía disponible actualmente.
Muchos ejemplares de tupus de plata son conservados en museos, pero sin contexto arqueológico de procedencia, por lo que no es posible atribuirle a un taller o a un periodo. Entre estos tupus destacan las miniaturas que originalmente habrían pertenecido a las figuras de plata antropomorfas del rito de la capacocha. Solamente algunas figuras conservan hoy sus indumentarias, incluyendo los tupus que prenden sus vestidos, y se podría suponer que los pequeños tupus sueltos pertenecerían a las figuras hoy en día despojadas de su vestimenta.
Sin un mapa de los yacimientos de plata explotados por los incas y sin el conocimiento preciso de las aleaciones que producían, es difícil utilizar estas características geoquímicas y metalúrgicas para obtener datos y conectarlos a la producción incaica. Solamente la plata y sus aleaciones de la época colonial son más conocidas, pues varios autores, buscando la relación entre cambio económico mundial en el siglo XVI y producción de plata en las Américas, realizaron análisis químicos, sobretodo de monedas.
Este trabajo pretende verificar si existe una relación entre la composición química de las aleaciones empleadas en la elaboración de los tupus de plata y de las figuras de sacrificio y ofrenda, y también de las monedas de plata acuñadas en los Andes durante el periodo colonial. Siendo muy difícil mover los objetos de su lugar de conservación, o tomar muestras para otros análisis químicos, pues esto afectaría su preservación, su estudio se hizo con un equipo portátil de fluorescencia de rayos X (FRX) sin preparación de la superficie del objeto. Así, serán considerados en este trabajo solamente los elementos mayoritarios de las aleaciones y de este modo, no será posible discutir la cuestión de la proveniencia de la plata.
Para este fin hemos trabajado con la colección del Museo de Oro y Armas del Mundo de Lima (MOAM) y del Museo Inka (MI) de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC). Las siete piezas de la colección del MOAM no tienen contexto arqueológico de procedencia, mientras que las seis del MI provienen de hallazgos en una región muy cercana a las famosas minas de plata de Potosí (actual Bolivia) que produjeron el metal utilizado en las acuñaciones de la casa de moneda local, así como muchas monedas españolas acuñadas a partir de fines del reinado de Felipe II de España.
Los tupus y estatuillas y sus contextos
Los tupus o prendedores son objetos que se utilizaban para prender o sujetar la manta o lliclla que llevaba la mujer sobre sus hombros. También se usaban en pares para sujetar el anaku o vestido a la altura de los hombros. Las figuras miniatura de oro, plata y spondylus fueron parte de las capacochas, ofrendadas junto a los ‘niños momia’ en las altas montañas, en los adoratorios o santuarios de altura. Gran cantidad de las piezas custodiadas en el Museo Inka han sido ubicadas en los Catálogos del Archivo Documentario del museo, lo que ha permitido identificar el contexto arqueológico de donde proceden. Entre estos destacan los objetos del hallazgo hecho en Paucartambo en Cusco, los cuales fueron encontrados en una excavación no autorizada en la zona de Ccorihuayrachina, Chimur, provincia de Paucartambo, en 1947, por Carlos Rodríguez. Esta tumba contenía estatuillas y tupus de metal, así como gran cantidad de madera, arcilla cocida y algunos objetos de piedra azul, concha, restos humanos, pigmentos, lana (sandalias, chuspa) y mimbre. Parte de este material en plata ha sido analizado mediante análisis físico-químicos; los resultados son presentados por Sierra Palomino & Guerra en este mismo volumen.
Conclusión
De acuerdo a la información disponible, no hay publicaciones sobre análisis de los productos provenientes de los centros de fundición, ni de la cadena de producción orfebre en Cusco, ni del procesamiento final de la plata, que posiblemente era hecho solo en Cusco.
Hay evidencia arqueológica de que la fabricación de piezas de metal en la región andina durante el periodo prehispánico se realizaba en talleres, a manos de un amplio y variado grupo de expertos orfebres, quienes se ubicaban en las ciudades o en las plataformas de los centros ceremoniales. Ejemplos arqueológicos de esta actividad orfebre se encuentran en las investigaciones en Tambo de Mora, Chincha, donde se ha encontrado una importante zona de hornos para el trabajo de orfebrería en un periodo transicional entre las culturas Chincha e Inca, lo que indica una especialización del trabajo orfebre desde la época chincha en esta región. Algunos cronistas nos ilustran sobre los talleres de orfebrería para la época inca, los cuales, como veremos, no se encontraban solo en Cusco.